“Nuevos vicios invaden, a la nueva generación de jóvenes”, se escucha a alguien decir por una de las calles céntricas de la ciudad de El Alt...

10:41 by Unknown
“Nuevos vicios invaden, a la nueva generación de jóvenes”, se escucha a alguien decir por una de las calles céntricas de la ciudad de El Alto.

Ya a mediados del año me entro una inquietud muy grande por saber que hacían mis viejos amigos del colegio, ese día, por las 10 de la mañana decidí llamarlos, me dijeron que viniera a la “Dota Cueva” una sala de internet o “Cybernet” muy conocida en la “Ceja” de la Ciudad de El Alto, ubicada en la Av. Carrasco de la Zona 12 de octubre.

Es así que me encamine al encuentro, en el trayecto tarde más de media hora solo en caminar unas cuantas calles, ya que los comerciantes ambulantes habían invadido todas las calles de la Ceja, intentaba buscar algunos atajos, pero los autos de servicio público te lo impedían inmediatamente, de nada serbia el semáforo pues ni la policía la respetaba. El camino hacia el Cybernet era espantoso, daba un paso cada tres segundos, definitivamente estaba en una jungla de comerciantes y gente más perdida que una “bala perdida”. Luego de cruzar tremendo embotellamiento de gente y de autos, por fin llegue a la “Dota cueva”.

Ya en la puerta del Cybernet me vino a la mente, que el verdadero nombre de esa sala de internet era “Aquí me quedo” pero mis amigos lo conocían mas como “Dota cueva” ya que para ingresar se debe cruzar un pasillo de 4 metros aproximadamente solo para entrar. A lo lejos se puede apreciar a varios muchachos saliendo del sitio, todos flotándose los ojos, confundidos y casi casi caminando como borrachos, cansados de haber jugado horas y horas el famoso juego del “Dota”, entonces decidí entrar.

Ya adentro quede asombrado de cuanto había crecido ese lugar, no solo en espacio sino también en máquinas, el lugar era semejante a una salón de fiestas y en una vista rápida calcule unas 150 computadoras, aproximadamente. Todas ocupadas por muchachos de distintas edades en su mayoría estudiantes de colegio, aún más sorprendente fue la sala de espera con más de 10 muchachos esperando que alguna computadora se desocupe. La sala de espera estaba ubicada en una esquina del Cybernet, habían sillones espléndidamente cómodos con vista a un televisor grande como de 21 pulgadas, pantalla plana y con acceso a TV CABLE, a un lado estaba un refrigerador lleno de refrescos, cualquiera podía sacarse uno, obviamente se debía pagar antes.

Mis amigos ubicados en el fondo del Cybernet me llamaron haciendo gestos con las manos, mientras me dirigía a ellos era inevitable escuchar el sonido producido por los “MAUS” de las computadoras, algo parecido a 100 clics por segundo.

Después de un emotivo saludo con cada uno de mis amigos recibí una llamada que me obligo a retirarme inmediatamente ese día.

Al día siguiente los volví a llamar pensado que se habían molestado por mi apresurada retirada del día anterior, así que volví a buscarlos, me dijeron que viniera a la “Dota cueva” (otra vez).

Luego de media hora llegue al Cybernet a eso de las 12 de la mañana, mis amigos seguían ahí, los salude y por un momento me dedique a observar el lugar. Me di unas cuantas vueltas por todo el lugar tratando de entender porque esos muchachos estaban horas y horas en frente de esas computadoras, luego de unos minutos pude verificar que el 100% de esos muchachos jugaban “DOTA” un videojuego de computadora de estrategia, ahí entendí el porqué de “Dota cueva”. El juego requería una conexión de red de varias computadoras para poder enfrentarse, algo parecido a un partido de futbol, pero este juego admitía como máximo 5 personas o jugadores.

También observe que comúnmente se forman equipos improvisados para enfrentarse a otros equipos, el premio de tal encuentro era dinero en efectivo, el monto más alto que escuche fue de 5 bolivianos por jugador perdedor. En dichos encuentros recordé lo que alguna vez dijo Eduardo Galeano “los videojuegos  crean violencia” tal parece que era cierto. En un encuentro que puede observar de principio a fin, dos muchachos presumiblemente amigos, se agarraron a golpes, uno acusaba al otro de que la derrota era culpa suya y el otro hacia lo mismo.

Esta observación que hice me tomo 2 horas, a mis amigos tal parece que no les afecto que me perdiera tanto tiempo, ya que se encontraban jugando ese dudoso juego del “DOTA”, Les propuse ir a comer algo afuera ya que no habíamos almorzado, ellos sin despegar los ojos de las computadoras me respondieron negativamente y me hicieron saber que mandaron al “Mono” a comprar comida. Él “mono” era un conocido del colegio, mis amigos me informaron que él trabajaba en la “Dota cueva” como ayudante del dueño, a la vez era él que siempre compraba la comida para el que quisiera, siempre y cuando se le dé su respectiva propina que oscila entre 5 a 10 bolivianos. Al dueño no le importó si comíamos adentro o no, ese día almorcé dentro de ese Cybernet, junto con mis amigos  y el “mono”.

Ya no era necesario llamar a mis amigos, ya sabía dónde estaban, cada vez que podía iba donde ellos. Pasaron algunas semanas, de hecho fueron algunos meses, la gente ya estaba en un ambiente de fiestas patrias, ese día llegue a la “Dota cueva” a las 12:30 de la tarde, no vi nada nuevo, ahí estaban mis amigos jugando una y otra vez lo mismo, hipnotizados por ese juego que parecía darles algo que la vida no les daba, lo único diferente que note fue a uno de ellos con un gorro navideño, por lo demás seguía todo igual que unos meses antes. Es en esta situación que me pregunto, si esto es una adicción?.
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Por: Rudy Guarachi Cota
https://twitter.com/rudevnebo

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