El pabellón B de Chonchocoro albergará a Luis García Meza Traslado: El ex-dictador tenía comodidades especiales, pero cuando vuelva, será un...

7:24 by Unknown
El pabellón B de Chonchocoro albergará a Luis García Meza
Traslado: El ex-dictador tenía comodidades especiales, pero cuando vuelva, será un reo común. 
Redacción La Prensa.- Luis García Meza ya tiene asignada una celda en el pabellón B del penal de máxima seguridad de Chonchocoro, pero aún no la ocupa. Nuevamente fue trasladado al Hospital Militar, a causa de sus malas condiciones de salud. 
Espera: estudiantes de la UPEA esperan el momento de
 ingresar, ayer, al penal de Chonchocoro
Uno de sus compañeros de reclusión, que pidió reserva sobre su identidad por razones de seguridad, explicó que al ex dictador se le diagnosticó cáncer y, por ello, recibe atención en el mencionado nosocomio. 

Cuando los médicos que lo atienden le den el alta hospitalaria, deberá volver a la cárcel de máxima seguridad y a ocupar una celda próxima a la que ocupa el también ex represor Luis Arce Gómez. 

Ambos purgan condenas de 30 años de presidio sin derecho a indulto como consecuencia de los delitos que cometieron durante la dictadura de 1980-1981. 

Arce Gómez cumplió una condena por narcotráfico en Estados Unidos y fue extraditado en junio de 2009 a Bolivia, donde purga la pena impuesta en el país. 

García Meza fue condenado en rebeldía en 1993 por cuatro grupos de delitos y huyó del país, pero fue capturado un año más tarde en Sao Paulo, Brasil, y extraditado a Bolivia en 1995. 

Fue recluido en una celda especial de Chonchocoro, pero una requisa personal efectuada por el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, permitió descubrir que gozaba de comodidades inapropiadas para un reclusorio, como un jacuzzi y un gimnasio. 

Llorenti dispuso que García Meza sea recluido junto con los reos comunes, pero la orden fue desobedecida en principio, pues los mismos internos denunciaron que el autócrata fue llevado a un dormitorio de oficiales, pero finalmente se impuso la resolución mencionada y se le asignó una celda en el pabellón B, próxima a la de Arce Gómez. 

EL ENCUENTRO. García Meza y Arce Gómez se encontraron en el penal de máxima seguridad después de dejar el poder en 1981 y más de un año después de haber sido internados en Chonchocoro. 

Uno de los internos reveló que después de saludarse con frialdad, los dos ex militares se reunieron largamente en una oficina del mismo reclusorio. 

Las relaciones entre ambos se rompieron a fines de enero de 1981, cuando Arce Gómez viajó a Estados Unidos para depositar una ofrenda floral en el Cementerio de Arlington, Virginia, donde reposan los restos de los héroes de las guerras sostenidas por Estados Unidos. 

Arce Gómez fue calificado como el “ministro de la cocaína” y fue destituido en febrero de 1981. 

Después de la caída de esa dictadura, hubo un intercambio público de cartas abiertas, en las que el ex ministro llamó al expresidente por su apellido, García Meza, sin embargo, éste reaccionó airado y le recordó que era su superior y le debía respeto. 

Un reo es llevado al penal de Cantumarca 
Fue víctima de un atentado explosivo — una granada de guerra explosionó en su celda—, resultó gravemente herido, fue operado y terminó su recuperación en una del pabellón E, donde son recluidos los castigados en el penal de Chonchocoro. 

Sergio Rodrigo Frías recibió amenazas de la población penal que exigió, bajo advertencia de movilizarse, que éste y otros reclusos, como Blas Valencia y otros de nacionalidad peruana, sean aislados. 

“Queremos vivir en paz” fue la consigna de los internos, y las autoridades penitenciarias dieron paso a su solicitud. 

Hace tres semanas, autoridades judiciales y del Ministerio Público efectuaron una requisa en el interior del recinto carcelario y Frías incurrió en actos de indisciplina, por lo que se tramitó su remisión al segundo penal de máxima seguridad de Bolivia, Cantumarca, en el departamento de Potosí. 

Estudiantes de la UPEA visitan el penal 
Estudiantes de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) visitaron ayer el penal de máxima seguridad de Chonchocoro y compartieron unas horas con los internos del reclusorio altiplánico. 

Los universitarios adquirieron artesanías, ropa y peces que ofrecen los reos y, al mediodía, la comida elaborada por los internos, en particular las parrilladas que los mismos internos preparan en los pabellones. 

Los jóvenes se pasearon por las áreas internas del recinto penitenciario, enfrentaron a los reclusos en encuentros deportivos en la cancha y recorrieron por el interior de los tres pabellones. 

En el exterior, la guardia policial estaba redoblada, mientras dormían los canes que son dejados sueltos por las noches para incrementar las medidas de seguridad. Ésta fue la segunda visita realizada por estudiantes de niveles superiores a ese reclusorio. Los primeros fueron algunos de los inscritos en la Universidad Salesiana. 

Fernández y los internos, en pugna 
Fue hasta ahora el primer y único conflicto que sostuvo Leopoldo Fernández con sus compañeros de reclusión en el penal de Chonchocoro. 

El ex prefecto de Pando exigió ocupar dos celdas en el interior del recinto carcelario. Los demás internos le exigieron que, como hacen todos, haga una contribución al Consejo de Delegados, pues todos los reos viven en un solo ambiente que tiene unos 3,5 metros de largo por 1,5 de ancho, en cuyo interior hay unas plataformas sostenidas a dos metros de altura sobre las cuales se coloca un catre de una plaza y a la que se accede por una pequeña escalera. 

En la planta baja, cada recluso tiene un retrete y, en algunos casos, una ducha, además de un refrigerador y un comedor que, simultáneamente, sirve como recibidor de visitas los días permitidos. 

Los internos dijeron a Fernández que si hacía el abono correspondiente, podía ocupar otra celda, pero si se colmaba la capacidad del penal, debería devolverla. 

Fernández reaccionó, según otro recluso, molesto y dijo que si quería, con su dinero, podría comprar toda la cárcel si así lo quisiera, pero la población se mantuvo firme. 

El incidente no pasó a mayores y, a diferencia de lo que ocurría en San Pedro, la ex autoridad se ve obligada a compartir a diario las comidas —desayuno, almuerzo y cena— con los demás privados de libertad en el comedor común del penal. 

La celda ocupada por Fernández está ubicada en el pabellón B, donde también está recluido Luis Arce Gómez y a donde deberá ser trasladado Luis García Meza, cuando sea llevado de regreso al penal altiplánico, desde el Hospital Militar de La Paz.

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