Según datos de los servicios de seguridad de los EEUU, el país andino acapara el 17% del mercado de todo el mundo. Especialistas reclaman más acciones de las autoridades.
El año pasado, tras un intenso operativo se logró el arresto de Joel Quispe Rodríguez, acusado de dirigir una red criminal compuesta en su mayoría por familiares cercanos, y se creía que ese sería el fin de un multimillonario comercio ilegal de dinero falsificado que habían iniciado en 2009.
Sin embargo, tanto el 17 de julio como el 1 de agosto se realizaron sendos operativos en que fueron detenidos dos miembros más de la familia, y se produjo la incautación billetes falsos, incluyendo euros y soles peruanos, por valor de casi U$S7 millones.
"Le dimos un duro golpe al crimen organizado", aseguró el jefe de la policía Raúl Salazar, mientras permanecía de pie junto a una larga mesa cubierta de láminas sin cortar de billetes falsos de U$S50.
César Cortijo, director de la unidad de investigación criminal de la policía peruana, dijo que la mayoría del dinero estaba destinado a ser transportado al exterior, de maneras similares a las utilizadas por narcotraficantes.
"Encontramos cuadernos con dibujos tradicionales en su tapa, para hacerlos ver como souvenirs. Tenían un compartimento para esconder dólares, envueltos en papel carbón para que los contenidos fueran invisibles a los rayos X", afirmó Cortijo en declaraciones realizadas a la BBC.
Tras hacerse eco de las últimas detenciones, en los Estados Unidos aseguraron: "En 2003 detectamos el primer billete fabricado en Perú. La producción se ha incrementando y ahora el 17% de los dólares falsos en Estados Unidos son de origen peruano", afirmó Brian Leary, un portavoz del servicio secreto.
Sin embargo, el economista Jorge González, que se especializa en política monetaria está convencido de que las autoridades deberían hacer más para arrestar a los líderes de las bandas, en Perú y en el exterior.
"Atrapan mayormente a los peces pequeños, no a los que están arriba. Capturan al que lleva el dinero a través del aeropuerto, pero no a la persona que la está enviando", asegura.
Según los cálculos de González, que fue dos veces ministro del gobierno, no hay forma de que por el momento la falsificación desaparezca, ya que por cada diez dólares falsos contrabandeados fuera del Perú, el traficante recibe una ganancia de un dólar.
Infobae
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