El dirigente de los Maestros Urbanos de El Alto, Severo Apaza, denunció que estudiantes desde los 12 años de edad fueron encontrados en algunas aulas de la urbe alteña con aliento alcohólico, e incluso ebrios, presumiblemente producto de la crisis económica en las familias.
Autoridades y expertos piden a los padres de familia ejercer un mayor control a sus hijos porque ante la falta de control toman caminos que terminan por arruinar sus vidas. |
“Los niños están así, no por los padres, sino producto de esa realidad (de la crisis económica). Nosotros vemos que desde los 12 a 13 años, en algunas unidades educativas, se han encontrado en estado de ebriedad o que asisten con aliento alcohólico”, afirmó a la Red Erbol.
Apaza explicó que hay una crisis social, de valores y moral en las familias producto de la crisis económica que sufren los hogares por lo que los estudiantes, con el consumo de bebidas alcohólicas, tratan de escapar del “maltrato de la familia o la desatención de los padres”.
Asimismo, sostuvo que las cabezas de familia en la ciudad de El Alto inician su jornada laboral desde la madrugada y concluyen la misma en la noche para sustentar a sus hijos e hijas, dejando desamparados a los menores.
Por su parte, la directora de la Asociación Cuna, Delsy Merino Vargas, informó que mediante un estudio realizado en diversas unidades educativas de El Alto se evidenció que siete de diez niños alguna vez han sufrido violencia intrafamiliar.
UNICEF
Por otra parte, el representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés), Wolfgang Friedl, señaló, en oportunidad de presentar el informe sobre el estado de la infancia, que Bolivia debe esforzarse en identificar a los niños que dejaron la escuela porque tienen que trabajar, para así evitar la deserción escolar.
“Creo que se debe hacer un esfuerzo en identificar a los niños que jamás retornan a la escuela, seguramente ingresaron pero la deserción escolar se produjo a muy temprana edad haciendo que el niño empiece a circular por esas diversas formas de trabajo infantil o explotación, no sabiéndose nunca en ningún registro de dónde se encuentran”, indicó a la Agencia Boliviana de Información.
Explicó que los niños trabajadores en Bolivia están guiados por diferentes razones como el entorno sociocultural que significa que “como niño boliviano crezco en un entorno que me enseña que el trabajo es dignificante”.
Otro aspecto es el entorno socio económico que dice “estoy condenado a que desde muy temprana edad tenga que renunciar a mis estudios y entregarme a alguna forma de trabajo de manera permanente”.
Friedl detalló que en Bolivia el número de niños trabajadores oscila entre 300.000 y 800.000 dependiendo de la definición de trabajo infantil.
Asimismo, informó que al menos 300.000 niños renunciaron a su derecho a la educación por tener que trabajar.
“Lo más probable es que 300.000 niños estén tiempo completo trabajando en alguna forma, renunciando definitivamente a su derecho a la educación y algunos de ellos seguramente estarán siendo involucrados en esto que hemos llamado las peores formas de explotación”, sostuvo.
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