Ni estudia Ni trabaja, jóvenes sin rumbo
El sistema educativo está lejos de dar el impulso necesario para que sean pro activos
Estancados. Paralizados. Padres y jóvenes. Son miles en todo el mundo. Forman parte de lo que se conoce como la ‘generación ni-ni’. Jóvenes que ni estudian ni trabajan y que se mantienen ‘congelados’ en una eterna adolescencia de la que no pueden salir. Y hay que dejarlo en claro: no se trata de ‘vagos’ queriendo pasarla bien. Todo lo contrario, su problema es que no eligen o no encuentran empleo, según explican los sicólogos y los analistas económicos.
“No son chicos que la estén pasando genial a expensas de los padres. Son chicos, chicas, grandotes, grandotas y asustados. Un ‘ni-ni’ es quien pudiendo elegir no elige”. La que explica es la sicóloga María Elena Gutiérrez.
“A los 16, 17 años de repente tienen que tomar decisiones y no están preparados. Dudan y se asustan. Esa es la primera cuestión central para comprender el fenómeno ‘ni-ni”, explica Gutiérrez.
Según el reporte del Latinobarómetro 2011, un 13% de la población en Bolivia pertenecería a la ‘generación ni-ni’, que ni trabaja ni estudia, significando unas 160.000 personas, cifra no menor, la misma debería ser una alerta para el sector público y privado.
¿Pero qué es lo que lleva a que de pronto una generación se frene y no avance? Para Gutiérrez hay una serie de factores o claves que lo explican. “Por un lado, un mundo objetivamente complicado -social y económicamente- que trasciende los estados. Incluso, en los estados de países desarrollados también se pueden ver ‘ni-ni’”, advierte.
Para los analistas económicos, el problema está en la falta de empleos. Bruno Rojas, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), precisó que de los 53.000 bachilleres que egresan cada año en el país, solo el 20% consigue un trabajo, pero sin beneficios sociales y con bajos salarios. Así, la demanda de trabajo se concentra en puestos de empleo no calificados. Entonces, en el eje central, en 2010 casi 65 de 100 personas que trabajaban estaba en puestos de trabajo no calificados.
Juan Ángel Bustos (26 años) es uno de los jóvenes profesionales que no encuentra empleo. “Estoy buscando trabajo desde hace tres meses, estuve en una casa de juegos de azar para salir del paso, pero no es eso para lo que estudié. En este momento, sobrevivo porque vivo en casa de mis padres”, menciona.
En criterio del economista Carlos Schlink, la población joven de la ‘generación ni-ni’ es el resultado de que en Bolivia no existan las condiciones. Es decir, no se realizan inversiones públicas significativas en educación, porque con relación al Producto Interno bruto (PIB) bordea el 3%.
Otro factor, según el analista, es que los jóvenes se ven afectados por la inseguridad ciudadana y prefieren acceder a recursos más fáciles a través de la delincuencia y los trabajos fáciles.
El comunicador social Stalin Arana (29 años) también lleva tres meses buscando empleo. “No tengo alternativa y debo seguir en la casa de mis padres”, precisó.
Mientras el presidente de la Fundación Milenio, Roberto Laserna, considera que la existencia de ese grupo sugiere que el sistema educativo está muy lejos de dar a los estudiantes el impulso necesario para que sean más proactivos y desarrollen actitudes emprendedoras. Al parecer, según Laserna, se los educa para seguir a la educación superior y en ésta para buscar empleos en modalidades tradicionales. Como no los encuentran, se desilusionan y permanecen en espera de que se los absorba en empleos familiares o remunerados. Esto sin duda genera pérdidas enormes para la sociedad porque es una población en plena capacidad física y mental para aportar a la producción y el desarrollo.
Desde el punto de vista del entorno, la presencia de esta población es también un signo de que el sistema económico y político no ofrece los incentivos necesarios para alentar a los jóvenes a emprender actividades laborales y productivas por sí mismos. “Las universidades no son verdaderos nidos de empresas, el sistema financiero no tiene mecanismos de canalización de capital de riesgo para proyectos, y el sistema político no genera la certidumbre y estabilidad que se necesita para realizar emprendimientos productivos”, precisó.
El problema más grave es que de este grupo puede surgir la desesperanza o, en casos extremos, la delincuencia.
En tanto que el economista José Alberto afirma que en Bolivia existen más de 2,7 millones de mujeres y hombres en el rango de 17 y 30 años de edad, un 25,5% de la población boliviana, por lo que se considera alto un 13% de desocupación.
En este sentido, cree que la falta de incentivos y motivación puede responder a que en el país existe insuficiencia en la generación de oportunidades para prosperar, por lo que se deben diseñar políticas públicas que promuevan el emprendedurismo, el desarrollo de proyectos, por ejemplo, incubadoras de empresas.
René Salomón, director de la Fundación Trabajo Empresa, atribuye la ‘generación ni-ni’ a la migración de padres de familia que envían dinero, pero no tienen el control y le ‘facilitan’ la vida a los hijos.
Como alternativa de solución, Hugo Urquizo, gerente de la empresa de gestión de recursos humanos ManPower, sugirió que el Gobierno, el sector privado y las instituciones educativas tabajen para promover el empleo juvenil por medio de capacitación basada en habilidades básicas y oficios manuales porque en la actualidad hay una alta demanda de oficios manuales.
Frases
“No son chicos o chicas que la pasan genial a expensas de los padres. Un ‘ni-ni’ es quien pudiendo elegir no elige ”
María E. Gutiérrez | Sicóloga
“No se invierte lo suficiente en educación y por la inseguridad ciudadana los jóvenes se dedican a ganar dinero fácil”
Carlos Schlink | Economista
“El sistema político y económico no ofrece los incentivos para alentar a los jóvenes a emprender por sí mismos”
Roberto Laserna | Fund. Milenio
“Hace falta promover las ‘incubadoras de empresas’, el emprendedorismo, porque existe una insuficiencia de oportunidades”
José Alberti | Analista
“Los padres de familia que migraron en busca de trabajo envían dinero, pero no pueden controlar a los hijos y les ‘facilitan’ la vida”
René Salomón | F. Trabajo Empresa
El Gobierno apuesta a capacitar
El programa Mi Primer Empleo Digno capacitará al menos a 780 jóvenes (hombres y mujeres) a través de 26 cursos, como metalmecánica, contramaestre carpintero, constructor de unidades habitacionales, costurero o confeccionista industrial, según un comunicado del Ministerio de Trabajo.
La capacitación técnica alcanza a distintas áreas laborales, como textiles, cuero, confecciones, madera, servicios de turismo, hotelería, y otras. Tiene una duración de tres meses.
En Santa Cruz se implementarán cursos de instalación de gas domiciliario, y de cocina nacional e internacional, en Cochabamba.
Desde febrero comenzó la etapa de expansión de Mi Primer Empleo con un financiamiento del Banco Mundial de $us 3,6 millones y prevé alcanzar hasta fin de año una meta de 2.000 jóvenes capacitados en las ciudades de Potosí, La Paz, El Alto, Tarija, Cochabamba y Santa Cruz.
La capacitación se desarrolla en seis meses: en los primeros tres los jóvenes se capacitan y reciben un estipendio diario de Bs 15 a 25 además de todo el material necesario durante el periodo de capacitación.
En los siguientes tres meses acceden a pasantías en empresas o microempresas, y, finalmente, el programa apoya su inserción, ya sea en la empresa en que hizo la práctica o en otra.
El programa Mi Primer Empleo también incluye un seguro contra accidentes para los jóvenes que se capacitan. Las pasantías en micros, pequeñas, medianas empresas e instituciones públicas se desarrollan en un lapso de tres meses. Al concluir los seis meses el joven es insertado al mercado laboral, según indicaron.
Ideas para novatos
- Negocios por Internet, especial para jóvenes porque conocen muy bien cómo utilizar la Internet y el uso de herramientas sociales como Facebook, Twitter, etc.
- Cuidado de mascotas. Algunas ideas son el hotel para animales, donde gente que se va de vacaciones los deja; caminar a perros; corte de pelo a animales, entre otros. La gran ventaja, es que puede trabajar desde casa.
- Máquinas expendedoras. Con una inversión muy pequeña y los contactos correctos, puede empezar a ganar dinero automáticamente, al poner máquinas expendedoras de cigarros, comida, bebidas, café, etc.
- Negocios relacionados con el uso de tecnología. Hacer páginas de Internet o enseñar a adultos a usar su computadora. También puede ser ‘freelance’ y hacer trabajos desde programación, escribir artículos, traducir un documento, o cualquier trabajo que se pueda mandar por la Internet.
- Tutoriales en colegios o universidades. Ideal para los estudiantes que pueden enseñar a otros.
- Entrenador. Esta es una oportunidad para iniciar su servicio de entrenador personal y ganar dinero.
Fuente: www.100negocios.com
“Bolivia es un país de oportunidades”
Bolivia es un país lleno de oportunidades, debido a que muchos sectores todavía no han llegado a su etapa de madurez, sino que se encuentran en plena expansión.
De hecho, en el sector empresarial existe una gran demanda de mano de obra calificada, no solo a escala profesional, sino también técnico medio y técnico superior. Por ejemplo, el sector industrial demanda técnicos eléctricos, electrónicos, mecánicos y maquinistas, entre otros. Por eso, es importante la preparación de nuestros jóvenes; el hecho de aprender un oficio o concluir una carrera universitaria es fundamental para insertarse en el mercado, ya sea como trabajador dependiente o independiente.
En los últimos años, hemos sido testigos del gran crecimiento de sectores como la construcción y toda la cadena de valor que gira en torno a ella: la venta de insumos, maquinaria, equipos y el desarrollo creciente del sector inmobiliario.
“Hay sectores que generan poco empleo”
En los dos últimos años el desempleo tuvo una ligera caída de un 8,8% a 7,8% en la tasa de desempleo urbano (cerca de 160.000 desocupados) en el eje central del país. El desempleo bajó, pero no por efecto de políticas públicas que generen más empleo, sino por dos razones importantes que explican la disminución, primero la migración laboral internacional porque los bolivianos siguen saliendo del país, se van a Argentina, Chile y Brasil.
El segundo factor es el desaliento; llama la atención la población joven inactiva y quizás con la ‘suerte’ de que sus padres garanticen sus necesidades. Además, las empresas o industrias son micros y pequeñas, en la mayoría unipersonales que no generan empleos.
La economía está supeditada a la explotación de hidrocarburos y minería, que demandan grandes inversiones, pero no generan empleo.
Carla Paz Vargas | cpaz@eldeber.com.bo
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