Cambiar la máquina de escribir por la computadora puso nervioso a más de un educador. Tres experimentados docentes comparten anécdotas con e...

11:29 by UPEA en la ciudad de El Alto
Cambiar la máquina de escribir por la computadora puso nervioso a más de un educador. Tres experimentados docentes comparten anécdotas con este medio.



La profesora Nora Gonzales, durante una clase.
A pesar de sus 35 años de experiencia en educación, la profesora Nora Gonzales, del liceo Venezuela, sufrió un “shock” cuando tuvo frente a ella una computadora en vez de su tradicional máquina de escribir.

“Me costó hacer ese cambio. Estaba tan acostumbrada a la máquina de escribir, con la que hacía mi labor tan fácilmente, que fue un shock estar frente a la computadora. Sin embargo, asumí el reto y me actualicé, aunque a veces es un poco raro porque mis alumnos sabían más de su manejo que yo”, comenta la maestra de inglés, con una sonrisa que celebra su hazaña.

Como ella, otros dos maestros también asumieron el desafío de conocer y manejar las nuevas tecnologías, no sólo para competir con sus pares, sino también con sus propios alumnos. Así, algunos dejaron de enviar a sus estudiantes a las bibliotecas para investigar determinados temas, ahora les piden buscar información en sitios de internet.

La capacitación constante y el uso de las nuevas tecnologías de información también están incluidos en el modelo educativo que se implementa en Bolivia, a través de la Ley Avelino Siñani - Elizardo Pérez, promulgada en diciembre de 2010.

En este marco, todos los maestros del país obtendrán hasta fin de año un ordenador portátil, a través del programa “Una computadora por maestro”, impulsado por el Gobierno. Se estima entregar 1.290 equipos.

El profesor de química del liceo La Paz, Waldo López, ya se acostumbró al manejo del equipo, aunque existen momentos -confiesa- que se pone un poco nervioso porque sus alumnos tienen mayor conocimiento en el manejo.

“Es sorprendente que cuando estás realizando algún trabajo y te trabas en algo, tus alumnos te ayudan a salir del embrollo”, afirma el docente, que ya tiene 40 años en el magisterio.

López, que también dicta clases en el colegio Don Bosco, afirma que hoy, cuando se celebra el Día del Maestro boliviano, todos los profesores deben tomar conciencia acerca de la importancia de las nuevas tecnologías y capacitarse más en su uso.

“No podemos quedarnos como un profesor tradicional -afirma-, debemos avanzar y capacitarnos diariamente”.

De ello está consciente su colega Mario Salas Vargas, quien también enseña química pero en el colegio Ayacucho. 

“Yo no pido (a los estudiantes) que vayan a las bibliotecas para que investiguen algunos temas. Ahora yo investigo en las páginas web y luego les doy los sitios para que ellos hagan sus tareas, así sé que no harán una copia fiel del trabajo, sino resumirán o analizarán ciertos aspectos”, dijo.

En criterio de este profesor, que lleva más de 30 años en el magisterio, para triunfar en cualquier ámbito hay que ir a la par de las nuevas tecnologías.



Alistan un premio para los maestros

El Ministerio de Educación proyecta un decreto supremo para distinguir a profesores del país, cada 6 de junio, en el marco de las celebraciones por el Día del Maestro boliviano.

Así lo informó ayer el viceministro de Educación Alternativa y Especial, Noel Aguirre, quien señaló que la iniciativa nació para los docentes especializados en esta área, pero se amplió para los del sistema regular y superior.

El premio será entregado -dijo- al maestro más antiguo, creativo, honesto y, sobre todo, autodidacta.

El viceministro de Educación Regular, Juan José Quiroz, anunció que también se distinguirá a los establecimientos más antiguos del país.

“El decreto todavía está en revisión”, aclaró.

Hoy es el Día del Maestro. La conmemoración de esta fecha está vinculada a dos hechos históricos: a la creación de la primera escuela normal de maestros del país, en 1909, en Sucre y al nacimiento de Modesto Omiste, pionero de la educación boliviana.

Nora Gonzales, maestra de inglés del liceo Venezuela Comencé a estudiar en la universidad, pero por el problema de las guerrillas lo dejé. El siguiente año, uno de mis hermanos me ayudó a retomar mis estudios. Tengo 35 años como profesora y 30 en el liceo. Mi mejor satisfacción es haber formado a mujeres de bien, que son profesionales y que se destacan en sus labores. La peor frustración es tener un bajo salario, el cual no nos alcanza para obtener una capacitación en diferentes ámbitos.


Pagina Siete

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