En estas días de de casi 7 días del Motín Policial exigiendo un incremento salarial, queremos rescatar esta opinión muy particular de la señora Maria Galindo de Mujeres Creando. Donde refleja una visión mas cercana a lo que es y como funciona la Policía en nuestra Bolivia

A pesar de todo esto, la Policía tiene un tremendo arraigo en la población boliviana porque los policías son sus hijos, sus hermanos y sus padres. El vínculo entre Policía y sociedad no es un vínculo profesional, sino una especie de parentesco, toda familia pobre aspira a tener un policía y la magia del uniforme seduce a hombres y mujeres, como si les diera dignidad, poder y relevancia social.

No es la población la mayor y más necesitada usuaria de la Policía, es el Gobierno quien más los necesita, es el Gobierno quien los utiliza y los tiene a su servicio 24 horas. También por eso el motín policial con todas las frases insultantes lanzadas por la Policía contra el Presidente y el Gobierno son una muestra de un hecho político muy fuerte: la Policía está bien cerca de ellos, no les respeta, no les aprecia y no los diferencia de ningún otro Gobierno.
He estado arrestada en todas las comisarías de la ciudad compartiendo celda con lavanderas dizque ladronas, con mujeres en situación de prostitución dizque proxenetas y con alcohólicas alucinadas. Las celdas con olor a orín, los baños sin agua, las lámparas sin foco, los teléfonos sin línea. En esas celdas he comprendido que está más preso el policía de ese círculo vicioso que la que está tras las rejas. La mugre de la comisaría de madrugada y el cansancio de un policía que no se ha podido cambiar la ropa en 24 horas, su incapacidad de leer ni escribir fluidamente y el absurdo de sus interrogatorios son para mí el rostro concreto del Estado boliviano.
Hay que cambiar la Policía boliviana, claro que sí, y hay que pensar en una sociedad donde la Policía sea innecesaria. No tiene por qué la Policía manejar las cárceles, ni las investigaciones criminales ni la violencia machista contra las mujeres ni la lucha contra la trata y tráfico de personas. Porque la Policía en todos esos campos ha convertido esos servicios en un botín y un motivo de abuso de poder. Hay que cambiar la Policía, sí, y la universidad policial y los contenidos que aprenden chicos y chicas en esas aulas, pero lamentablemente este Gobierno ya no podrá hacerlo. Ha perdido demasiado tiempo en desfiles, en distribución de prebendas y en demagogia y manoseo. Ha perdido el respeto de la Policía y no tendrá ya la moral para realizar cambio alguno allí adentro. A partir de este motín policial el Gobierno será sujeto de chantaje policial igualito que todos los otros. Se han puesto ellos mismos la soga al cuello por incapaces y los y las que hemos perdido hemos sido nosotras y nosotros.
26 de junio de 2012
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