A pesar de la constante propaganda sobre avances en la educación, la lucha por la sobrevivencia sigue sacando a los niños y niñas de la escuela. El caso es tan grave que ni siquiera se logra paliar con intervenciones piloto a través de programas financiados por la “cooperación internacional”, que entregan todas las condiciones a los menores para que continúen en la escuela.
Los casos piloto que se muestran en un estudio de UNICEF y UDAPE hacen referencia a cuatro intervenciones de las ONG tanto en áreas urbanas como rurales, como siempre para poner paliativos que no van a cambiar y menos transformar la situación de los estudiantes y de sus familias. Pero que sí sirven como placebos y parches a un problema de grandes dimensiones.
Para comenzar el INE (2007) afirma que niños y niñas no asisten a la escuela por trabajo en un 36,7% de casos, por falta de interés en un 19,8% y por falta de dinero en un 16,1%. Llama la atención el factor “por falta de interés” en la encuesta, porque si de eso se trata se debe recordar que esta sociedad forma miles adolescentes y jóvenes “faltos de interés” en el estudio, sin que eso signifique que abandonen la escuela.
Pero dejando las cifras últimas del INE, la “cooperación internacional” hizo un experimento para ver si apoyando en todo sentido a los niños y niñas (desde bonos económicos, material escolar, pasando por transporte y vivienda, apoyo pedagógico, hasta talleres a los padres de familia y capacitación a maestros), éstos seguirían en la escuela.
En el Proyecto Niña Trabajadora aplicado en la ciudad de El Alto, en una escuela nocturna, muestra el siguiente resultado: “No se encontró evidencia de crecimiento en la matriculación como resultado del programa. No se encontró evidencia de mejoras en la permanencia escolar. Las tasas de abandono se incrementaron en el periodo de aplicación del programa”.
El hecho positivo hacia las niñas es que un 45% de ellas afirmó que “sus familias los trataban mejor desde que recibían el monto de dinero del bono dado por la “cooperación”.
En el caso del Programa para Niños Trabajadores en Cochabamba la conclusión dice que “es probable un incremento leve en la permanencia escolar, pues el programa estaría reduciendo en cierta medida el abandono escolar”.
En los programas aplicados en el área rural se percibió cierto sacrificio de los padres que en más del 50% extrañan a sus hijos e hijas en casa para apoyar en las labores de casa, apoyar en el cuidado de hermanos menores y apoyar en actividades económicas.
En otras palabras ni siquiera los programas piloto, con alto financiamiento, logran tener resultados exitosos para que los niños permanezcan en la escuela. Frente a esto el gobierno del MAS ha lanzado grandes propagandas para el Bono Juancito Pinto (200 bolivianos por año), que se aplica desde 2006 para evitar la inasistencia y el abandono escolar.
El gobierno pretende resolver la inasistencia escolar entregando un miserable bono a los niños, algo que dicho sea de paso está dentro de las políticas asistenciales impulsadas y aplaudidas por el Banco Mundial.
El bono y los programas parches de la “cooperación internacional” solo contribuyen a cubrir mal el problema educativo de la asistencia y abandono escolar. Otros problemas ni siquiera se han tocado, como la calidad en la educación y aspectos ideológicos. Esto último reflejado en el reciente rechazo de un colegio de varones a admitir estudiantes mujeres con un argumento únicamente machista, nada democrático y retrógrado. Eso sucede en la falsa “revolución cultural” de Evo Morales y en el “proceso de cambio”.
Proyecto Niña Trabajadora funciona con dinero de UNICEF a través de la ONG italiana Ricerca e Cooperazione
Proyecto PENNAT, se creó por impulso del BID, ahora se ejecuta con soporte del SEDEGES, el Arzobispado de Cochabamba y la ONG CEM-NAB
Programa Yachay Huasi, con dinero de la fundación Fe y Alegria de la Iglesia Católica
sadasd
ResponderEliminarxD
q pena