El pasado sábado 27 de noviembre, nuevamente las culturas juveniles folklóricas se apropiaron de avenidas de La Paz para mostrar su identidad, su arte y su apego profundo al folklore boliviano. En esta ocasión se reunieron fraternidades pertenecientes a las universidades públicas de todo el país con el propósito de lograr consolidar la ansiada integración a través de la danza folklórica
A pesar de un inicio desorganizado, la entrada alcanzó el éxito esperado y, lo más importante, logró su objetivo de conocimiento mutuo e integración con alegría y con danza.De lo mucho que se vio, es importante destacar la presencia de la UPEA, la Universidad de El Alto. Al inicio del funcionamiento de esa universidad hubieron muchos problemas con la UMSA, pero hoy existen muchos objetivos compartidos. Por ello es muy significativo que esa universidad haya encabezado la entrada con sus tres soberanas: Miss UPEA, Ñusta UPEAy Cholita UPEA, muestra clara de interculturalidad.
Dos danzas que reflejaron integración nacional fueron la chacarera y la saya afroboliviana. La chacarera fue interpretada por fraternidades de la UPEA, de la Universidad Gabriel René Moreno de Santa Cruz y de la Universidad de Tarija. La saya afro, por la UPEA y la Universidad de Tarija; los intérpretes de esta última lucían la tricolor boliviana en sus blusas y camisas.Otras fraternidades interpretaron danzas muy propias de su región, varias de ellas muy novedosas para el público paceño. Destacaron la danza cupesí bailada con mucho arte y energía por la delegación cruceña: la cueca y ronda interpretadas por los tarijeños; el carnaval de Aiquile, por los cochabambinos y, sin duda, la novedad más grande, la danza de los siringueros, interpretada por la delegación de la Universidad Amazónica de Pando.
No podía faltar la danza de los mineritos, interpretada por la Universidad de Siglo XX.La delegación del interior más numerosa fue la de la Universidad de San Simón, preparada como para una final mundialista, ya que trajeron monografías de investigación muy bien presentadas. Bailaron danzas autóctonas, con zampoñas, guitarras y charangos, y también tinkus, kullawas, caporales y el bello carnaval tupiceño.
La delegación anfitriona de la Universidad Mayor de San Andrés fue también muy nutrida. Sus fraternidades vivieron su propia integración, otrora rivales; se unieron fraternidades de caporales, tinkus, kullawas, tobas y los infaltables llameros.
Desde la creación de la Entrada Universitaria de la Universidad Mayor de San Andrés en 1988, se multiplicaron las entradas de todas las universidades públicas y también de universidades privadas. Gracias al emprendimiento de Alfredo Arrascaita, de la CUB, y de las varias federaciones universitarias, ya contamos con una entrada nacional. Me animo a sugerir que se integre también a las universidades privadas. Las culturas juveniles folklóricas son las tribus juveniles urbanas de más identidad y más militancia.Historiador
Fotos: @tonnylp
Fotos: @enlaupea
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